“…esas manos describen las ficticias realidades que suelen divulgar: rebosantes de miedo, paranoia y vanidad [teatral]”.
Hay una guerra entre dos por ocupar un mismo lugar: el Ministerio de la Manipulación. Allí se administran la conciencia, la inconsciencia y la percepción de la realidad social. Sus empleados trabajan día y noche para que todo gire en torno a una idea que, en instancias como las que se viven, no puede ser patrimonio compartido. Por un lado: el Estado, en representación del pueblo. Por el otro: Clarín, en representación de lo-que-el-pueblo-debe-saber.
¿Y el pueblo?
Al parecer, la democracia ya no significa gobierno del pueblo, sino de los Medios. Surge así la mediocracia: una práctica al servicio de la (in)comunicación, capaz de regular el estado de los hechos, las fantasías y los deseos de cada ciudadano. Así las cosas, la guerra por manipular el saber popular nos lleva a enfrentamientos, difamaciones y acusaciones cruzadas entre el Gobierno y el monopolio comandado por Magneto, Noble y compañía. Entonces todo se vuelve surrealista: los goles son secuestrados, el fútbol vuelve a ser ¡gratis! y de la gente (¿?), las caricaturas son mensajes (cuasi)mafiosos, y hasta la mutación de un virus estacional amenaza con aniquilar a la humanidad. Todo es catástrofe y confusión para la mediocracia, ya que el temor y el desconcierto son la ruta más directa a la manipulación, a la inserción de una impronta que redirecciona a su antojo la opinión popular. El pueblo, indefenso, se somete al poder de las noticias, creyendo que todo debe ser bipolar, blanco o negro, de un modo u otro.
¿De qué lado estás?
No hay lugar para los débiles dentro de este sistema. El botín se disputa en esferas teñidas de poder, corrupción, dinero y soberbia. La guerra es entre los que más tienen y, a su vez, más quieren. El resto (hambre, desempleo, pobreza, desesperanza) es para nosotros, que lo vemos por TV. Después de todo, un buen culo en primer plano y diez partidos por fin de semana no pueden fallar para la mediocracia.
Cromañón es la miseria del hombre en estado puro. Un espejo de lo que somos. De cómo vivimos, matamos y morimos en nuestra ley. La ley del argento, del atorrante, del famoso “lo-atamos-con-alambre”. Todos acusan, pero nadie se culpa de nada. Cromañón somos todos. Cromañón es Chabán, Ibarra, Callejeros y el que encendió la bengala que desató la ¿tragedia? Pero también lo son el que te contrata en negro, el que usufructúa la necesidad del otro o vende barbijos a $20. Cromañón es Argentina. Aceptamos vivir así: amontonados, engañados, alienados, envenenados, al borde de la tragedia. Y la tragedia somos nosotros, en nuestro afán de obtenerlo todo (y un poco más también) con el mínimo esfuerzo posible.
El rock siempre vivió de Cromañones. Siempre habitó en las cavernas, en lugares de mala muerte, en pocilgas teñidas de alcohol, drogas y violencia desmedida. Nunca fue tan rentable el negocio del Puti Club. Las reglas son claras para el ambiente: el reviente es lo que vale, lo que garpa. Cada uno juega su rol: el músico que en vez de promover su obra incita al descontrol, el manager que te hace ganar más guita (cueste lo que cueste), el dueño del boliche, el comisario que es adornado, el inspector que mira para otro lado, el patovica que encadena las puertas, el dealer que reparte las drogas, las hordas descontroladas que siguen a sus grupos favoritos. Celebran el ritual pagano, el pertenecer a un infra-mundo (underground) que los deposita en niveles de pertenencia ajenos a lo correcto, a lo-que se-debe-ser. El rock invita al peligro. Es mundano, oscuro, vehemente y trasgresor. En él todo vale, todo es borde. En sus inicios, el rock fue una variante musical derivada del blues. Luego intentó ser un símbolo, una protesta anti-sistema. Hasta que se convirtió en negocio, y la roca dejó de rodar. Cambiaron las normas, los hábitos y las costumbres. Cambiaron las letras, las melodías, los principios y los fines. Cambiaron los jugadores. Aparecieron los sellos, los monopolios, las cadenas radiales, las cadenas televisivas, el marketing, los empresarios, los vestuaristas, los agentes de prensa… Todo se banalizó. Cualquier cosa fue denominada rock. Pero el espíritu del reviente permaneció allí, inmutable a través de las décadas, como una especie de carnet que habilita al rokero, lo vuelve legítimo.
Hace falta mucho, muchísimo tiempo para que la sociedad descarte la falsa idea de que el rock (un simple estilo musical) significa bardo, violencia, arruine y descontrol. Asimismo, se está a años luz de comprender que cada vez más gente vive de la música, excepto los músicos. Que todo es un show, que pocas bandas sienten verdadera pasión por la obra, que detrás de tanto humo estamos perdiendo de vista los principios, el significado y el concepto de la música.
Todos somos parte de la sociedad, nadie está libre de obligaciones y derechos. Todos somos culpables de cómo vivimos; y de cómo nos matamos. Confundiendo al rock con bengalas, drogas, alcohol y violencia no hacemos más que alimentar futuros Cromañones. Y ese no es un tema del que tenga que hacerse cargo la Justicia.
Jugadores: La partida se juega entre dos adversarios que suelen denominarse “oficialismo” y “oposición”. Ambos desarrollan la acción sobre un escenario político al cual llaman “pueblo” o “sociedad”, según los intereses en pugna.
Objetivo del juego: Cada jugador buscará colocar al primer candidato de su adversario, comúnmente denominado “rey”, en posición “bajo ataque mediático” de tal modo que el oponente no tenga manera de evitar la captura del botín, en ocasiones llamado “banca” o “cargo”.
Piezas y partes del juego: Hay piezas blancas y negras, nunca grises. El tablero está compuesto por casillas, las cuales podremos llamar: provincias, distritos, localidades o intendencias, según sea el alcance de la partida. Participan: el rey y la primera dama (matrimonios políticos comandando su rebaño); alfiles (ministros, diputados, senadores); caballos (autos importados, helicópteros, aviones privados); torres (ministerios, alcaldías, quintas, intendencias); peones (matones, patovicas, fuerzas “de choque”).
Metodología del juego: Cada jugador planifica su juego y desarrolla su habilidad desde el inicio: la campaña electoral. El primer movimiento es de suma importancia. Puede significar la victoria como el fracaso. Cada movimiento es premeditado, nada es librado al azar. El objetivo final es destruir al adversario, para lo cual se sacrifican, sobre el escenario social creado, todas las piezas que hagan falta, en afán de concentrar la mayor cantidad de poder que no ponga en riesgo el statu quo de la partida política que se imponga.
El enroque: Es una jugada especial dentro de este juego que se realiza entre algunas piezas específicas, las cuales suelen intercambiar casillas en el momento y lugar acordados. Esto les permite enrocarse y alternar cargos a fin de optimizar su posición en el tablero y sacar provecho de sus funciones. Suele repetirse cada vez que se inicia una nueva partida electoral.
Jaque Mate: El rey y sus secuaces toman el poder que pertenecía al adversario, quien deberá aguardar el inicio de la próxima partida para intentar recuperar el poder que le han arrebatado. Así una y otra vez, repartiéndose los cargos y los superpoderes, gobernando alternadamente un escenario social que no distingue colores, porque las fichas son siempre las mismas. Negras y blancas. O blancas y negras.
Dijo Juan Manzur, flamante ministro de Salud: “La tasa de mortalidad por la Gripe A en la Argentina es similar a la de otros países”.
Respondió María Eugenia Estenssoro, senadora por Capital Federal de la Coalición Cívica: “Se están manipulando estadísticas; hay más posibilidad de morir de Gripe A en Argentina que en Chile”.
Estudiantes (La Plata) va por la conquista de América. Juega la primera final de la Copa Libertadores frente al Cruzeiro (Brasil).
Gimnasia y Esgrima (La Plata) tiene listo el 11 titular que enfrentará a Atlético Rafaela. Intentará conservar la permanencia y salvarse del descenso a la B Nacional.
Crece la gripe. Crecen los contagios. Crecen los precios de barbijos y alcoholes. Crece un nuevo nicho. Crecen las teorías. Crecen las informaciones (y las desinformaciones). Crece la paranoia. Crece el pánico. Crece el número de víctimas fatales. Todo está en curva ascendente, menos la verdad que se intenta ocultar. Argentina está en crisis desde hace un buen tiempo, no es novedad. La culpa de todo no es de un virus que muta, sino de las miserias del propio ser humano. Que, por desgracia, repite obstinadamente.
A continuación, un texto que nos brinda otra perspectiva sobre esta nueva gripe.
Yo, Marta Carretero, DNI 5.401.068, me responsabilizo de esta carta recibida de una médica amiga, la cual me solicita difundir para que la población conozca la realidad. Ella trabaja desde hace varios años en un hospital del conurbano bonaerense. Mi e-mail es: martacarreterotl@gmail.com.ar "Quiero que sepas la verdad sobre esta epidemia, a la que yo le llamo capitalista o mediatica. Yo he vivido este tipo de epidemias invernales varias veces en mi vida de médica, pero esta vez vino precedida de una gran movida, que ha sido fogoneada desde las mas altas esferas del poder mundial, entre ellas de la OMS. Vaya uno a saber con que propositos. Seguramente seran economicos.
El virus de la influenza cambia o muta cada tanto, generalmente todos los años. Y esta mutación aparece casi siempre en el hemisferio norte, y luego viene para aquí. Ataca a toda la poblacion hasta que todo el mundo se inmuniza, y luego debe adquirir otra forma, para volver a atacar a la misma población.
Este es un virus nuevo. No más agresivo, sino más contagioso -o más penetrante decimos nosotros-, o sea que cuando ataca, afecta a un porcentaje muy alto de la población. El mismo es de muy facil y rapida contagiosidad. El virus, no bien llego a la Argentina, no tardó más de 1 mes en afectar a todo el conourbano bonaerense. De hecho, a mi y a mi hija ya nos afectó , y a la gente de mi hospital atacó en un 40 %.
El virus deja bajas tus defensas, y si no te cuidaste o tenes bajas defensas por problemas prexistentes, o porque sos un indigente o desnutrido, serás vulnerable a las bacterias que existen en toda poblacion sana, dentro de los que llamamos portadores sanos, y que a raiz de la inmunodepresión que produce este virus en la población , tambien aparecen en el medio ambiente.
Estos agentes patógenos, sí, te van a enfermar. La persona que padeció gripe y luego persiste con problemas o se le agregan otros, debe consultar rapidamente, porque sino su estado se agravará. Pero si vos sos pobre y tenes un sistema de salud colapsado por el invierno, por la propaganda mediática, y porque a los gobiernos no les importa un carajo la salud de los pobres, entonces estarás en serios problemas, porque no accederás rapidamente al médico. Por lo tanto llegarás a la atención cuando tu familia te lleve casi en coma a un hospital.
Eso es lo que está pasando hoy, las personas no se están muriendo de gripe, se están muriendo de neumonias, porque no hicieron reposo, porque debieron seguir trabajando, porque sino los echaban , y luego fueron al médico y no los atendieron porque no había turno, y luego fueron al hospital y tampoco, porque tenian muchos enfermos graves, y cuando llegaban sus turnos, estaban muy graves, y no hay médicos, ni enfermeros, porque nadie previó esto.Y tampoco habrá respiradores, y los tendrán que trasladar a cientos de kms, donde hay terapista, y respirador, y bueno... ya será tarde.
Sino me entendiste algo, te lo explico otra vez de otra manera, pero quiero que entiendas, que no hay gripe porcina, que lo que hay es una gripe común, con gente carenciada en un sistema de salud publica a la deriva.
Me gustaria que lo retransmitas para que la gente no ande tan loca, y que se cuide, como debemos cuidarnos cuando tenemos gripe. Con reposo, y listo. Y ante la menor duda consultar temprano al medico. Si lo encontramos".
El fútbol enfermó de a poco. Primero dejó de ser un juego, luego un deporte. Las transferencias multimillonarias, la irrupción de los sponsors, los intermediarios, los gerenciadores, las transmisiones televisivas, los contratos publicitarios: todos contribuyeron a la creación de un virus letal que barrió de un plumazo los valores de esta práctica a la que alguna vez Dante Panzeri llamó “la dinámica de lo impensado”. Hoy las prioridades son otras. Ya no existen el amor a la camiseta, la pasión por los colores que se defienden, el respeto hacia los hinchas, los directores técnicos o los propios colegas. Sólo importa alcanzar la fama y convertirse en estrella. En la vorágine actual sólo cabe un resultado: ganar. La derrota es sinónimo de tragedia y no cabe dentro de las posibilidades. La gloria está detrás de un pase a Europa, una botinera, un jugoso contrato publicitario o una entrevista en televisión. Ya no hay vuelta que darle, el show copó la parada. Todo gira en torno a la apariencia: un auto deportivo, una bella dama de compañía, una recorrida por los canales, apariciones en los eventos sociales, canje con las marcas de moda, travesías nocturnas en los boliche top y, claro, un escándalo de grandes dimensiones que permita figurar en los programas de chimentos y las revistas del corazón. En el Siglo XXI el fútbol es la dinámica de lo pautado. Cada vez es menos probable hallar algo que escape a la lógica, algo que rompa con el molde preestablecido, que nos sorprenda. La táctica está al servicio de los objetivos, los cuales, a su vez, giran en torno al éxito como única alternativa.
Un ángel para tu soledad
Huracán es inmune al virus de la banalidad. No destila glamour, respira humildad. Es un ejemplo de recuperación de valores, ética y estética. El equipo de Ángel Cappa rescata la esencia de este deporte. Es hedonista. Su lealtad a una ideología lo ubica por encima de la mediocridad en la que se mueve el ambiente del fútbol. Lejos del exitismo, pensó siempre en jugar para pasarla bien, en reencontrar la alegría, el disfrute. Jugar para divertirse fue (y es) la proclama de este equipo que nada tiene que ver con el marketing ni los escándalos propagandísticos. Este grupo de jugadores y cuerpo técnico plantó bandera y revolucionó el ambiente, contrarrestando con simpleza e hidalguía el vacío que amenazaba con la destrucción total de la idea de un fútbol bello, lúdico. Las estadísticas dirán si fue o no campeón, pero nadie podrá negar que sentó un precedente de esperanza y rebeldía en el devaluado universo del fútbol argentino.
Fueron las elecciones más faranduleras de la historia. El escenario no fue político, sino mediático. Los estudios de TV fueron el centro de las plataformas. De ahí en más, la política del Showmatch dejó en claro la metamorfosis argentina: ya no hay políticos, hay personajes. La Tinellicracia ganó la pantalla, el rating fue boca de urna y las propuestas pasaron a un segundo o tercer plano. Algo está claro: el argentino no vota por convicción, por partido o ideología. Vota por imagen, simpatía o moda. Pero hay algo más siniestro y aterrador: la mitad de los ciudadanos no supo qué era lo que se votaba. Claro ejemplo de la falsa conciencia política argentina: al ritmo del “que se vayan todos” queremos echar a los mismos senadores y diputados que (¡vaya paradoja!) no sabemos cómo llegaron a ocupar una banca en el Congreso. La ignorancia, siempre, es negocio para el que gobierna. El político destruyó la política y a su vez el interés de un pueblo vapuleado por la mentira.
La dirigencia política argentina se reinventa a sí misma, ofreciendo siempre el mismo discurso, pero con distintos instrumentos. Esta vez fue el turno de las candidaturas testimoniales y el circo mediático. Y la sociedad compró, como compra una imagen propagandística, una promesa de cambio y seguridad, un país de color rosa, un resurgimiento económico o un viaje a la estratosfera que nos permita llegar a Japón en tan solo una hora. Vivimos en una perpetua fantasía, en un sueño de lo que nos gustaría ser. Pero somos lo que podemos, lo que nos ofrecen, lo que solemos consumir. Después de cada elección se habla de un nuevo mapa político, de cómo el partido electo arrebata el poder del que resigna su espacio, de cómo será el panorama de ahora en más; se festeja el triunfo con champagne en algún hotel de Recoleta devenido en búnker, se llenan páginas de diarios, revistas, espacios radiales y bloques de TV; se comenta, se debate, se proyecta, se interroga, se promete, se esperanza. Nos preparamos para lo que viene, como si el mañana fuera a ser distinto al ayer. Creemos. Soñamos con el cambio, sosteniendo la fantasía de que alguien bregará por nuestro futuro. Nos fascina mentirnos. Aunque sepamos que las ruinas, en la Argentina, siempre serán circulares.
En otro episodio de lo que hasta ahora ha sido uno de los casos policiales más emblemáticos y misteriosos de la historia argentina, la Cámara de Casación Penal Bonaerense dio luz verde a la apelación del Fiscal Molina Pico y dictó la prisión perpetua contra Carlos Carrascosa, el viudo de María Marta García Belsunce, quien fuera asesinada en octubre de 2002 en su casa del country Carmel.
Según el nuevo fallo, que se da a conocer a veinticuatro meses de que se condenara al mismo Carrascosa a la pena de cinco años y medio de prisión por encubrimiento, el viudo de María Marta habría intervenido directamente en el crimen de su mujer ayudado por, al menos, dos familiares más: Guillermo Bártoli eIrene Hurtig (cuñado y media hermana de María Marta).
La defensa de Carrascosa apelará en primera y segunda instancia la polémica sentencia.
De pitutos, mentiras y negocios con el narcotráfico.
A pocos meses de cumplirse siete años de su conocimiento público, el caso García Belsunce ha sido un claro ejemplo de la ineficiencia policial, burocrática y judicial de nuestro país. En el cambalache que significó la causa hubo, hasta el momento: un asesinato (que se quiso disfrazar de accidente y luego de robo), mentiras, alianzas, falsos testimonios, encubrimientos, traiciones, acusaciones cruzadas, actas de defunción falsificadas, peleas familiares, amigos, conocidos, empleados y hasta una masajista que fueron sospechosos; intereses filantrópicos, cambios de fiscales, jueces y carátulas, relaciones con el narcotráfico, lavado de dinero, sangre de al menos un atacante mezclada con la de la víctima, cinco balazos, un cadáver en la bañera y un pituto que fue a parar a las cloacas tras ser arrojado por el inodoro.
Todo muy sospechoso, laberíntico y enigmático. Todo muy argentino.
¿Cómo producir, grabar y editar un disco musical de manera independiente?
Bajo esta premisa, Facundo Iair Attías realizó el corto documental titulado "Señales", el cual está basado en la experiencia del grupo DER SPIEGEL.
Las complicaciones para encarar, producir y sostener un proyecto independiente dentro de un marco musical corporativo; las ventajas y desventajas de trabajar sin una discográfica detrás; la libertad de gestión, producción y post-producción; el proceso creativo; las limitaciones; el ingenio por sobre las posibilidades económicas: tópicos desarrollados en este corto documental que fue exhibido en las salas de los Cines del Abasto a mediados de 2008, tras ser galardonado en el Festival “Hacelo Corto” organizado por el Ministerio de Educación, Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
“La política es el arte de los incapaces de triunfar en privado”
[José Luis de Villalonga]
Un actor que hace de político, un político que fue deportista, un conductor que empezó como periodista deportivo, un grupo de bellas bailarinas, una tribuna de actores/locutores que ríe y festeja cualquier comentario, gerentes de marketing y contenidos, empresarios, vedettes, representantes de artistas, artistas de moda, fotógrafos del espectáculo, maquilladores, modelos, camarógrafos, iluminadores, vestuaristas, un estudio de televisión, una pantalla, millones de televidentes.
Un mensaje.
¿Circo o instrumento propagandístico?
“Gran Cuñado”, la parodia del “Gran Hermano” que conduce Marcelo Tinelli en Showmatch no es más que una vidriera de nuestra sociedad; un reflejo de lo que el ciudadano argentino es y desea ser. La visita de Francisco de Narváez, Sergio Massa y Daniel Scioli (candidatos en las próximas elecciones legislativas del 28 de junio) a la “casa-del-gran-cuñado”, permite entrever varias lecturas acerca del fenómeno televisivo que tiene en vilo a nuestra sociedad. Ante todo, deja en claro cuán importante es la TV para la imagen pública de los políticos, que se ven obligados a visitar el estudio y someterse a las burlas en vivo para no ser consumidos por el desprestigio que una simple parodia de sus personalidades pueda ocasionarles. En segundo lugar, consolida la mediatización del político, es decir: la creación del político-personaje que se devora al ser humano y lo convierte en un representante del show mediático y propagandístico (a partir de la imagen televisiva, las campañas políticas han desplazado al ciudadano -sujeto activo- por el televidente -sujeto pasivo-). Por último, se han distorsionado las fronteras entre ficción y realidad, a tal punto en que la primera alcanza o supera a la segunda, y viceversa. Ya no se distingue una de la otra y los límites son cada vez más difusos (¿qué significa que Daniel Scioli se ría ante las cámaras de Daniel Scioli?). Lo que sucede a través de la pantalla puede adquirir carácter de real o irreal, según el enfoque o la conveniencia. La realidad, como una construcción de sucesos posibles, le abre paso a una nueva dimensión. La tele-visión todo lo puede, porque nos entrega un mensaje concebido, elaborado y editado a los fines de proyectar un producto, idea o concepto que debe insertase en el inconsciente colectivo. Después de todo, ¿quién se atrevería a decir que la imagen no es nada en la era de la televisión digital?
Imagen perteneciente a Joaquín Salvador Lavado [Quino]
Ya no asombra verlo llorar. Quizás porque lo hemos visto otras veces, incluso en la derrota, cuando el joven y prepotente Nadal le arrebataba el sueño tan deseado. Pero es Federer, con todo lo que eso implica. ¿Qué implica? Compromiso, respeto, hidalguía, perfección, solidaridad, pureza, profesionalismo, gloria. Federer es deporte. No es show, soberbia, ostentación ni celebridad. Ganó todo lo que se planteó, porque así lo quiso, porque dejó todo para lograrlo, porque nunca se entregó a las mieles del éxito ni la fama, porque sólo piensa en tenis, porque sabe que el resto es superficial. Por eso conquistó Roland Garros. Por eso lloró, sobre el polvo de ladrillo parisino, lágrimas de gloria.
Obsceno
En Madrid no cayó para nada bien la Triple Corona que conquistó su archienemigo, el Barcelona de Messi, Henry y Guardiola. Por eso el Merengue quiere volver a ser Real. ¿Cómo? Gastando dinero. Florentino Perez volvió con todo y rompió el chanchito: invirtió, en una semana, unos 221 millones de dólares por los pases de Kaká y Cristiano Ronaldo, además de contratar por otros palitos verdes al Chileno Manuel Pellegrini como DT. Es evidente que algunos siguen confundiendo ostentación con planificación, filosofía de juego e ideales. No siempre todo lo que brilla termina siendo oro.
¿No se mancha?
A veces, ciertos comentarios off the record que implican al fútbol suelen ser verdades innegables, conocidas por todos (dirigentes, futbolistas, hinchas, periodistas, árbitros, policías, comités de seguridad). Excepto para la Justicia. Pero ésta es una época de quiebre en el mundillo del fútbol: los famosos y ponderados códigos, intocables hace un tiempo atrás, hoy son vox populi. Ahora todos hablan de todo. Todos acusan, todos señalan, todos se cubren, nadie calla. El uruguayo Richard, de la barra de Boca, abrió la boca en medio de la investigación por el crimen de Gonzalo Acro y aclaró algunas cosas. Ahora la Justicia sabe que las barras tienen protección policial, que pagan por impunidad. Ahora ya no hay excusas ni sospechas, sino pruebas. ¿Hacían falta tantas muertes para llegar a ésto?
36 denuncias por causas de irregularidad en sus funciones de magistrado, carga el juez Federico Efraín Faggionatto Márquez, encargado de investigar a Francisco De Narváez.
8.328 millones de pesos, es el presupuesto que estimó el Gobierno para la realización del proyecto “Tren Bala” que iría a Córdoba y Rosario.
65 millones de Euros, es lo que pagará el Real Madrid por el pase del futbolista brasileño apodado Kaká.
6 por ciento del PBI es el estimado por el Gobierno Argentino en el área de Educación para el 2010, según la Ley de Financiamiento Educativo promulgada en 2005 (aún no se alcanzó).
25.000 son los casos de dengue confirmados en el país hasta el momento.
300.000 pesos por semana es lo que gasta (aprox) un partido político en contratar encuestadoras para medir sus fuerzas durante la campaña electoral.
Mientras la OMS declaró la pandemia de Gripe A, las escuelas siguen cerrando por temor al contagio entre alumnos y los servicios de atención pública colapsan debido a la cantidad inusitada de consultas por cuadros gripales, lo que continúa propagándose sin límites es el virus de la paranoia. Los medios de comunicación, en su afán de conquistar puntos de rating, confunden a la gente con (des)informaciones que no hacen más que inseminar el pánico entre la población mundial. La ecuación es la siguiente: exageración de la realidad + terror + puntos de rating + pautas publicitarias + intereses económicos = desinformación.La Gripe A es, de por sí, una amenaza para la salud mundial, pero más lo será si no se informa con conciencia, con respeto hacia la noticia en sí misma y no en relación al impacto mediático que pueda generar.
El Dr. Alejandro Macías, Director del Centro Epidemiológico, y el Dr. Zubirán, Director de Nutrición, responden algunas preguntas primordiales para la toma de conciencia y la prevención ante el virus de “Influenza humana”.
1. ¿Que tan útil es el gel de alcohol para limpiarse las manos?
R: Vuelve inactivo al virus y lo mata.
2. ¿Cual es el medio de contagio más eficiente de este virus?
R: La vía aérea no es la más efectiva para transmisión del virus, el factor mas importante para que se fije el virus es la humedad (mucosa de la nariz, boca y ojos). El virus no vuela y no alcanza más de un metro en distancia.
3. ¿Es fácil contagiarse en los aviones?
R: No, es un medio poco propicio para contagiarse.
4. ¿Cuál es el periodo de incubación del virus?
R: En promedio de 5 a 7 días y los síntomas aparecen casi de inmediato.
5. ¿Cómo puedo evitar contagiarme?
R: No llevarse las manos a la cara, ojos, nariz y boca. No estar con gente enferma. Lavarse las manos más de 10 veces al día.
6. ¿El virus es letal?
R: No, lo que ocasiona la muerte es la complicación de la enfermedad causada por el virus, que es la neumonía
7. ¿Qué hace el virus cuando provoca la muerte?
R: Una cascada de reacciones como deficiencia respiratoria. La neumonía severa es la que ocasiona la muerte.
8. ¿Si voy a un Hospital particular me deben cobrar la Medicina?
R: No, hay un acuerdo de no cobrarla ya que gobierno la esta suministrando a todos los centros de salud públicos y privados.
9. ¿Es útil el cubre bocas?
R: Hay algunos de más calidad que otros, pero si usted está sano es contraproducente, porque los virus por su tamaño lo atraviesan como si éste no existiera y al usar la máscara, se crea en la zona de la nariz y boca un microclima húmedo propicio al desarrollo viral; pero si usted ya está infectado úselo para NO infectar a los demás, aunque es relativamente eficaz.
10. ¿Que significa pasar de alerta 4 a alerta 5?
R: La fase 4 no hace las cosas diferentes a la fase 5, significa que el virus se ha propagado de persona a persona en más de 2 países; y fase 6 es que se ha propagado en más de 3 países.
[Pero que el siglo veinte es un despliegue de maldá insolente ya no hay quien lo niegue]
El Director del Hospital Provincial de Rosario admitió que pudo haber negligencia en el caso de robo de bebés que se habría llevado a cabo en dicho establecimiento.
[…da lo mismo que sea cura, colchonero, rey de bastos, caradura o polizón…]
Condenan a 15 años de cárcel al Padre Julio César Grassi por hallarlo culpable de “abuso sexual de menores” en uno de los 17 casos de los que estaba acusado.
[¡Qué falta de respeto, qué atropello a la razón!]
Según el INDEC, la inflación es menos de la mitad que lo que indican los índices privados.
[Si es lo mismo el que labura noche y día como un buey que el que vive de las minas, que el que mata o el que cura o está fuera de la ley]
Berlusconi culpa a su mujer, al pase del futbolista Kaká al Real Madrid y a la joven “compañera” Noemí Leticia por su fracaso en las elecciones parlamentarias europeas.
A fines de 2005 me entregaron el título oficial, en la Sala de Representantes de la Antigua Legislatura. Técnico Superior en Comunicación Social, decía el diploma. Un gerente de noticias de un importante noticiero de TV hablaba de ética, compromiso social, deontología, independencia periodística y no se cuántas utopías más. Pero yo era periodista desde mucho antes: desde el momento en que empecé a dudar de lo que veía, oía o leía en los medios y la vida cotidiana. Ser periodista es interrogar [e interrogarse] para entender de algún modo una realidad que, en definitiva, no es más que la suma de lo que nos acontece. Vivimos en busca de una verdad que nos satisfaga, que nos devuelva el placer de entender algo de lo que hacemos. ¿Qué? ¿Quién? ¿Cómo? ¿Cúando? ¿Dónde? Los cimientos del periodismo. Y si le agregamos: ¿Para qué? Es más fácil que nuestra realidad esté detrás de la pantalla de un televisor, o en el encabezado de un diario, a que tratemos de buscarla por nuestros propios medios. Periodismo ya no es Mariano Moreno, información, fuentes fidedignas, ética, profundidad, independencia, investigación, compromiso, ni respeto. Periodismo, hoy, es Chiche Gelblung, porno show, superficie, plagio, dinero, sangre, pánico, corporación y publicidad. El miedo es noticia que cotiza bien alto en las cumbres de la Bolsa mediática. En el siglo XXI el periodismo somos todos. Todos buscamos (detrás de un celular) incluirnos en una realidad que deseamos construir. Ser parte de un flog, blog o cualquier sitio que se publique en la web, es ser parte de algo, aunque no importe su contenido. En el intento desesperado por ser-parte-de, creemos que se ubica nuestra realidad. La meta en la vida actual es alcanzar la fama, la trascendencia. El periodismo y los medios masivos son una herramienta importante de ese proceso. A través de este blog, ya en la era del Imperiodismo Digital, me arriesgo a interrogar lo que percibo, lo que me sucede cuando veo lo que me rodea, y de qué modo transformo mi entorno sin prejuicios, dogma o límites corporativos. Quizás ayude a entender mi realidad. O, al cabo, termine siendo víctima de mis propias dudas. ¿Quién sabe?
En materia geopolítica el mundo siempre se ha movido como si fuera un péndulo. De izquierda a derecha, o viceversa. Siempre extremista, la Ley del Péndulo pocas veces permite hallar términos medios.
Durante el último fin de semana, Europa ha virado un poco más hacia la derecha, como resultado de los comicios parlamentarios que dejaron al descubierto una tendencia social, por lo menos, inquietante. Europa plantó bandera: la confianza para enfrentar y salir de la crisis está en la ultraderecha. ¿Instrumentos?, los de siempre: seguridad, nacionalismo, economía conservadora, xenofobia, promesa de empleo, persecución al inmigrante. ¿La izquierda? Relegada y sumida, como de costumbre, en la falta de líderes, las absurdas divisiones y la carencia de propuestas firmes para enfrentar la difícil situación mundial.
El Gigante Asiático, agazapado y con calculadora en mano, mide índices con cautela y aguanta como puede el rebote de la crisis, sobre todo la pérdida de las operaciones con EE.UU. Su apuesta es pasar el mal trago aumentando el consumo interno, la inversión y la producción industrial. Como si fuera poco, Corea del Norte saca chapa de capo nuclear y aumenta el caos diplomático en la zona.
Norteamérica confía ciegamente en un viraje mediático-ideológico para salir de una crisis que sus propias ambiciones hipotecarias generó. ¿La solución? Barack Obama, un nuevo superhéroe que, además de ser el presidente de la primera potencia mundial, sale en las revistas como un tipo cualquiera, un vecino tierno y carismático que juega con sus hijos, hace footing por la mañana y su hobbie es pasear al ¿perro de honor? A pesar de la intervención del Estado, el desempleo y la recesión crecen alocadamente.
¿Y el resto de América? América es un caso aparte. En el norte, México olvidó la crisis por culpa de un virus que generó un brote de paranoia nunca antes visto. Cuba continúa su ruta solitaria sostenida por los ideales de Fidel Castro, aunque su hermano inicie una transición lenta y con pronóstico reservado. El MERCOSUR es cada vez menos un mercado común (aunque sigue estando en el sur). Por estos pagos la tendencia es de izquierda y con flashbacks setentistas comandados por Chavez en Venezuela, Evo Morales en Bolivia y los Kirchner en Argentina.
África no puede darse el lujo de ponerse a evaluar la crisis mundial, teniendo en cuenta que jamás pudo solucionar sus conflictos postcoloniales, fracasando siempre en la consolidación como continente. Debido a su incapacidad por subsanar la relación sociedad-estado-pobreza, la crisis allí es una constante.
Algo está más que claro en el panorama geopolítico internacional: el péndulo se está moviendo, y se mueve de acuerdo al miedo. Miedo a los terroristas, miedo a la misteriosa caída de aviones, miedo a la mutación de gripes mortales, miedo a las catástrofes naturales, miedo a la crisis financiera, miedo a perderlo todo. La suma de todos los miedos genera pánico, y el pánico, en estos casos, suele convertirse en negocio, lo cual no es un buen augurio para el futuro mundial.
Imagen: "Niño y geopolítica observando el nacimiento del nuevo hombre" [Salvador Dalí]