viernes, 11 de junio de 2010

PORQUE ESTO (también) ES AFRICA





1.400 millones de dólares, costó la construcción y remodelación de los 10 estadios que se utilizarán en el Mundial.
1 dólar por día es con lo que (sobre)viven más de 300 millones de personas en toda África.

822 millones de dólares, es la cotización del plantel de España, el más caro de todos.
7 millones de personas podrían morir de hambre en Níger, África Occidental, según estimaciones de la ONG “Save the children”.

400 dólares por día cuesta alquilar un guardaespaldas en Sudáfrica.
75 Euros por mes es el salario que percibe un trabajador en Kenia y con el cual debe alimentar a toda su familia.

15.000 voluntarios trabajarán para la edición de este Mundial.
17 millones de africanos han abandonado su país de origen escapando de la pobreza, las sequías y las epidemias que azotan la región.

900 dólares es el precio de la entrada para la final de Sudáfrica 2010.
20 millones de muertes se estima que habrá muy pronto en África a causa del SIDA por no contar con la inversión necesaria tanto en prevención como en medicamentos.

jueves, 10 de junio de 2010

PUTERIO DE EXPORTACION





El puterío es algo bien argentino. Como la birome, el colectivo, o el dulce de leche. No importa en qué época se esté, siempre hay lugar para el escándalo. El puterío argento puede ser: moral, político, deportivo o sexual, depende las circunstancias históricas que lo circunscriban. La historia argentina se ha visto siempre empañada por las necedades y ridiculeces propias de un alter EGO tan nacional como innecesario. Por estos días el puterío está más emparentado al deporte que a otra cosa (aunque si midiéramos con un puterómetro, la política y el espectáculo estarían disputándole el primer lugar). Pero vayamos al deporte, que es lo que nos concierne. En 2008 se perdió una oportunidad histórica: ganar la Copa Davis en nuestro país. ¿Razón? Guerra de celos entre el “Rey” David (Nalbandián) y el joven Del Potro, las dos figuras del equipo argentino. Hace varios años que Boca dejó de ser un cabaret, para ser… ¡un Teatro de la Calle Corrientes! Riquelmistas vs. Palermistas han opacado, a través de sus eternas “diferencias”, la rica historia copera que ellos mismos habían construido. Párrafo aparte para Riquelme vs. Maradona, quienes aparentemente no manejan los mismos códigos. El efecto dominó nos lleva a la reciente pelea (vía Twitter, la nueva sede del puterío nacional) de Alfito Basile vs. ¿Adivine quién? Sí, otra vez Maradona. El hijo de Basile acusa al Diego-de-la-gente de conspirar contra su padre, para arrebatarle el puesto de trabajo. Seguimos con el dominó. Una ficha voltea a la otra y entonces nos topamos con el escándalo más reciente: el de los Barras en Pretoria. Que los llevó Grondona, que fueron en el mismo avión de casualidad, que los llevó Bilardo, que los llevó… ¿Adivine quién? Acertó: ¡otra vez Maradona! Ejem, Diego, vos también: ¡estás en todas!
Lo cierto es que se viene el Mundial y el debut de la Selección en Sudáfrica 2010. Nadie pone en duda el liderazgo y la experiencia de Maradona, las ganas y el sacrificio de los jugadores (aunque viven de lo que les gusta y por eso ganan millones de euros), el aliento de los barrabravas (aunque a veces confundan alentar con golpear o matar al hincha contrario), la organización de la delegación argentina enviada por la AFA (aunque cobren millones de euros por los sponsors mientras el fútbol del Interior es cada vez más pobre) ni el éxito o la capacidad de adaptación ante las adversidades que el argentino luce con orgullo y prestancia en todas partes del mundo. Pero de algo podemos estar bien seguros: en puterío, nadie nos gana.

miércoles, 9 de junio de 2010

PERIODISMO EN SIGLO XXI. ¿Fin o comienzo de una era?

¿Estamos ante la decadencia del periodismo serio, ético e informativo?

El problema no es el periodismo, sino el periodista. El verdadero periodista (aquel prehistórico sujeto dedicado a recolectar, sintetizar y publicar información fidedigna), se ve hoy condicionado ante un aparato político financiero que lo regula todo. El vértigo informativo, lo efímero como estandarte y la valoración de la noticia en relación al prime-time constituyen un modelo económico-periodístico que intenta vender lo superfluo (pronóstico del tiempo, informes sobre la llegada de la primavera, el beso de lengua entre dos modelos) como noticia.

La denuncia como estandarte. ¿Periodista o juez?

Otro de los males que afectan al periodista actual es el rol de juez (moral, civil y penal) que le hacen jugar. El periodista actual ya no investiga para relatar un suceso, sino para denunciarlo. Todo hecho investigado por el periodista es juzgado ante un micrófono o una cámara de TV. El debate está en vías de extinción. No hay espacio para las dudas, todo es certeza y verdad en términos periodísticos. La sociedad ve al periodista como un juez, y este último actúa en consecuencia, cumpliendo un rol que nada tiene que ver con el espíritu original de su profesión.

Tendencia monopolística. Dictadura del periodista.

Los monopolios también han contribuido, sobremanera, a la metamorfosis del periodista. Intereses políticos, corporativos y financieros limitaron de a poco sus libertades. El periodista actual sufre las restricciones impuestas por sus editores, los cuales no responden a las premisas del periodismo tradicional, sino a las de un empresario que se debe a una determinada línea o corriente política. Las noticias no son pensadas ni elaboradas en base a las cinco preguntas fundamentales: ¿cómo, cuándo, donde, por qué y para qué? Hoy, ante una publicación, sólo cabe preguntar: ¿A favor o en contra de quién?

Tecnología y medios digitales. ¿La resurrección del periodista?

No todo lo que se publica en los medios masivos constituye la única verdad. También existen, debido al avance de las tecnologías, nuevos canales de comunicación que remiten a los valores del periodismo tradicional. Internet, a través de los blogs y la explosión de las denominadas “redes sociales”, permite la creación de una corriente paralela a la de los medios masivos y monopolísticos. Surge así un nuevo periodismo que se recicla y retorna a lo que alguna vez fue: un oficio.

El futuro del periodismo, en manos del periodista.


El periodista actual está corrompido por la privatización del género. Sus valores han mutado al ritmo de un sistema corporativo y capitalista que ha sobornado a la tradición. El regreso a las fuentes, a la interpretación, a la recolección de datos, a la independencia de opinión, al criterio como estandarte, a la ética y la deontología, a la pasión por buscar, encontrar e informar la noticia..., en fin, al retorno de lo que alguna vez fue denominado periodismo creíble y tradicional, sólo está en manos del periodista. Como siempre. Como nunca.